Los endulzantes son muy bajos en calorías, aportan poco o ningún nutriente al organismo y tienen la capacidad de endulzar de manera potente, hasta 1000 veces más que el azúcar.
Brindan beneficios muy puntuales para la salud, sobre todo en los casos de diabetes y de caries. Los expertos opinan que no conviene usarlos siempre en lugar del azúcar, porque si bien disparan los mecanismos de liberación de la hormona insulina al igual que el azúcar, los sistemas que controlan la glucosa en la sangre están preparados para funcionar mejor con la glucosa.
Entre los edulcorantes tenemos:
-La sacarina (1878): es el edulcorante sintético más antiguo y popular, debe evitarse en el embarazo.
-El ciclamato (1937): es un edulcorante industrial, no muy estudiado hasta ahora. Se lo relacionó con cáncer de vejiga, y con posibles efectos dañinos sobre el embrión y feto.
-El aspartame (1965): su consumo debe limitarse en personas que sufren fenilcetonuria.
-El acesulfamo K (1967): no se metaboliza; se excreta sin cambios.
-La sucralosa : Es 600 veces más dulce que la azúcar. Se extrae de la sacarosa.
-El jarabe de maíz de alta fructosa: presente en muchos alimentos. Puede producir lesiones hepáticas. Además estimula el apetito. Está presente en gaseosas , bebidas deportivas, productos horneados, caramelos, mermeladas.
Estos son los edulcorantes que existen en el mercado, que debemos conocer y saber que ninguno es ideal para todos los usos. Además nuestro organismo está preparado para funcionar mejor con el azúcar que con los edulcorantes artificiales.